DEJAME QUE TE CUENTE
Tu voz de teja roja
donde patria y canción renacen
en flores silvestres y quebradas.
Déjame que te cuente
de aquel viejo amigo
cuando trajo tu voz,
entonces nueva para mi.
Magia de tu ser
guitarra, cajón, voz
cavando en mi pecho
desde la simple tonada
a la sublime melodía.
Tierrita sembrada
suspiros en un puente
el alma como paloma
cantererias que germinan
canasta en el surco
arroyo, arroyo, agua que canta
llanto, lluvia triste sobre la ciudad
Vallejiana desconocida y amada.
Déjame que te diga
cuan hondo recorres mi corazón
cardo, ceniza, sed quemante de tu beso
herida que sangra
tu verso ensueño
aroma de mixtura tu canción
fina estampa tu alma en vuelo
bordada con pétalos luna o de sol.
Déjame que te escriba…
déjame que te escriba Limeña.
a Chabuca, quien nació en Cotabambas (Apurimac) pero fue quien me transmitió amor por Lima y Perú.
