martes, 27 de enero de 2015

Vierte, corazón, tu pena...


Vierte, corazón, tu pena 
Donde no se llegue a ver,
Por soberbia, y por no ser
Motivo de pena ajena.  


Yo te quiero, verso amigo,
Porque cuando siento el pecho
Ya muy cargado y deshecho,
Parto la carga contigo.  

Tú me sufres, tú aposentas
En tu regazo amoroso,
Todo mi amor doloroso,
Todas mis ansias y afrentas.  

Tú, porque yo pueda en calma
Amar y hacer bien, consientes
En enturbiar tus corrientes
Con cuanto me agobia el alma.  

Tú, porque yo cruce fiero
La tierra, y sin odio, y puro,
Te arrastras, pálido y duro,
Mi amoroso compañero.  

Mi vida así se encamina
Al cielo limpia y serena,
Y tú me cargas mi pena
Con tu paciencia divina.   

Y porque mi cruel costumbre
De echarme en ti te desvía
De tu dichosa armonía
Y natural mansedumbre;  

Porque mis penas arrojo
Sobre tu seno, y lo azotan,
Y tu corriente alborotan,
Y acá lívido, allá rojo,  

Blanco allá como la muerte,
Ora arremetes y ruges,
Ora con el peso crujes
De un dolor más que tú fuerte,  

¿Habré, como me aconseja
Un corazón mal nacido,
De dejar en el olvido
A aquel que nunca me deja?  

¡Verso, nos hablan de un Dios
Adonde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos,
O nos salvamos los dos! 
 

Jose Marti

domingo, 25 de enero de 2015

LOS ALLI

I. PAIS

Alli donde la isla pregunta por mi sombra.

Alli donde ciclones se empeñan en volver.


II. CIUDAD

Alli donde la capital despierta de su letargo ceniciento.

Alli donde la lluvia barre toda tristeza.


III. PUEBLO

Alli donde hay un pueblo que se traga a su rio.

Alli donde las magnolias tejen silenciosas las auroras.

mayo-junio 2006

miércoles, 21 de enero de 2015

BUENOS DIAS, ISEL

Buenos días Isel


Los ojos se me cierran
y mis dedos no responden
a mi cerebro cansado.
Hace tres horas
vi por última vez tu rostro
y vi apagarse la luz de tu cuarto
y seguí esperando hasta que todo fuese
silencio y tú.

Es inútil que quiera incorporarme,
echar a andar.
Es mejor esperar el soplo
cálido del alba.
Es mejor que no llegue a mi cuarto
esta noche.
Es mejor que no te vea
años atrás.
Es mejor estar aquí,
velando tu sueño,
Isel.

Siento que tengo fiebre,
me lagrimean las pupilas
y un latido incesante golpea
en mis sienes.
Mis manos hacen una sola,
el millar de pequeñas gotas
que han perlado mi guitarra
que ahora tiene un brillo extraño
y despide un resplandor a momentos
y luego se apaga.

Ya no tengo fuerzas
para levantarme
y es tu imagen
es tu sueño de niña buena
el que me obliga
a dormir un poco.

Y ahora estamos juntos,
caminando de noche
por un bosque inmenso,
con los pies desnudos, mojados,
por las hojas muertas del sendero;
tú estás vestida de blanco, Isel.
Y tu sonrisa constante
me hace temblar de dicha.
Y puedo contar, que sé yo,
cuantos destellos
salen de tus ojos.
Y con mis labios
dibujo tus labios
y una lluvia fina
nos viste de agua
a los dos.
Temblando de frío
nos sentamos,
eternamente,
bajo un tronco viejo
y me tomas de la mano
corriendo entre los árboles,
me llevas a la orilla del torrente
que baja del cielo
como un fragor que a veces
pronuncia palabras.

Y te siento estremecer
cuando escuchamos claramente
cómo dices
que estoy vivo.

Y sentí miedo,
—lo sigo sintiendo ahora—,
cuando me despierto
y todavía no amanece.
La luna ya no está
donde la dejamos
y me duele el cuerpo.

Despertar con miedo
es terrible, Isel.
Es terrible contar los pasos
hasta mi casa,
no volver la cabeza
y, aunque no quiera,
tener que ver un fuego fatuo.
Y correr
para besarte
años atrás.
Y empapar de mí,
tu imagen.
Buenos días,
Isel.

jueves, 8 de enero de 2015

LA ESQUINA DE MI CASA

La esquina de mi casa.


(Pedro Luís Ferrer)


La esquina de mi casa

es un jardín florido

donde granan racimos de palomas,

zunzunes complacidos

con el aroma limpio de las rosas.

Me siento en el portal y veo los niños

depositar semillas y plegarias;

sus padres conmovidos en la tarde

plantando nuevos lirios

que embellecen la acera

y curan el amor,

como humanos sencillos que procrean

el ansia de vivir y el optimismo.


Así, en pequeñas cosas,

se fragua el bienestar de los vecinos,

y crecen las naciones y los sueños,

la belleza vital que nos protege

con la costumbre hermosa de cuidar

el ámbito infinito.


La esquina de mi casa

convoca a la comarca con su trino.

Nadie quiere faltar

a la cita del bien

con el afán del sueño apetecido.



21 de oct 2008  La Habana











Fotos de Pedro Luis Ferrer,  marzo de 2012.

domingo, 4 de enero de 2015

2da CITA MARTIANA

“Adentro, comidos de espías _espía la amante, espía la esposa, o frívola o venal, que es como hacer de espía, espía el cliente y el amigo, espía el cubierto, espía la almohada _es natural que teman, que zozobren, que no vean la vía clara, que no se echen a andar. Por eso nosotros, hermanos, en la libertad del destierro les hacemos la obra que ellos no pueden hacer. Ellos no nos ven, ni pueden medir cuánta es la obra, porque es parte de ella que no la vean, hasta que con el corazón vacilante en la prisión de la colonia no la puedan ya evitar; pero allí estamos, limpiando el camino, salvándolos, ensanchando las vías, acercándonos a la flor de la tierra, preparando el modo de evitar los antiguos errores, que fueron ciertos, como de hombres, en todas partes y edades del mundo, pero que tienen remedio en la misma condición humana, y en la cordialidad y altura normales de nuestra naturaleza”.

José Martí.



viernes, 2 de enero de 2015

CITA MARTIANA


¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos? Hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía, que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombre la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues ésta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla les da el deseo y la fuerza de la vida. ¿Adónde irá un pueblo de hombres que hayan perdido el hábito de pensar con fe en la significación y alcance de sus actos? Los mejores, los que unge la naturaleza con el sacro deseo de lo futuro, perderán, en un aniquilamiento doloroso y sordo, todo estímulo para sobrellevar las fealdades humanas; y la masa, lo vulgar, la gente de apetitos, los comunes, procrearán sin santidad hijos vacíos, elevarán a facultades esenciales las que deben servirles de meros instrumentos y aturdirán con el bullicio de una prosperidad siempre incompleta la aflicción irremediable del alma, que sólo se complace en lo bello y grandioso.

Jose Marti ~ 1887



IMAGENES Y POEMAS 4