Si eres capaz de abrirles la puerta a las damas
ayudar con sus bolsas a las viejecitas
sonreírle tiernamente a los niños
como es posible
que montado en tu armadura metálica
trates tan violentamente a todos juntos
cuando manejas por esas calles.
ayudar con sus bolsas a las viejecitas
sonreírle tiernamente a los niños
como es posible
que montado en tu armadura metálica
trates tan violentamente a todos juntos
cuando manejas por esas calles.
Yo quería unos patines.
El abuelo sentado en el umbral
quien sabe cuántas veces voló en sueños
a su isla perdida en el mar.
Julia se quedó sembrando ternuras
en el alma de sus hijos y sus nietos.
La niñez fue un suspiro familiar
cimiento indispensable para ser quien soy.
Los aviones pasaban rompiendo el cielo
y me llevaron a conocer el mundo.
Leningrado de cúpulas doradas
Berlín con su muro y su luz
huellas nuestras esparcidas en sus calles.
Los días de universidad
el amor asomándose por los anchos pasillos,
de un plumazo se fue la juventud
ir a buscar un destino en cualquier sitio
donde vivir se parezca a vivir.
Tenerife nos da la bienvenida
llega un niño y un libro a la sombra del volcán.
Después Madrid, Lisboa, Florida
destinos amados teniendo siempre La Habana
como referencia de quienes fuimos.
La vida fue más veloz
que aquellos patines
que nunca tuve.
Si eres capaz de abrirles la puerta a las damas ayudar con sus bolsas a las viejecitas sonreírle tiernamente a los niños como es pos...