Por tu simbólico nombre de Cecilia
tan supremo que es el genio musical.
Por tu simpático rostro de africana
canelado do se admiran los matices de un vergel.
Y por tu talla de arabesca diosa indiana,
que es modelo de escultura del imperio terrenal,
ha surgido del alma y de la lira
del bardo que te canta
como homenaje fiel
este cantar cadente,
este arpegio armonioso
a la linda Cecilia
bella y feliz mujer.
Las lánguidas miradas
de tus profundos ojos
que dicen los misterios
del reino celestial.
Y el sensible detalle de amor provocativo
de tus ebúrneos senos y tu cuerpo gentil.
Yo no sé qué provoca
el conjunto armonioso,
tu belleza imperiosa
y tu virtud femenil,
que me siento encantado
y la mente inspirada
de afecto
y de ilusión.
Por ti Santa Cecilia
la más primorosa
mujer divina.
Por tu simpático rostro de africana
canelado do se admiran los matices de un vergel.
Y por tu talla de arabesca diosa indiana,
que es modelo de escultura del imperio terrenal,
ha surgido del alma y de la lira
del bardo que te canta
como homenaje fiel
este cantar cadente,
este arpegio armonioso
a la linda Cecilia
bella y feliz mujer.
Las lánguidas miradas
de tus profundos ojos
que dicen los misterios
del reino celestial.
Y el sensible detalle de amor provocativo
de tus ebúrneos senos y tu cuerpo gentil.
Yo no sé qué provoca
el conjunto armonioso,
tu belleza imperiosa
y tu virtud femenil,
que me siento encantado
y la mente inspirada
de afecto
y de ilusión.
Por ti Santa Cecilia
la más primorosa
mujer divina.
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