viernes, 7 de septiembre de 2012

A MI AMIGO JORGE FERNANDEZ ERA

ERA
A mi amigo Jorge Fernández Era

Mi amigo Jorge Fernández era el mas flaco, bueno todavía "es" pero a la época que me remonto, cuando  lo conocí, era verdaderamente un alambrito. Pues si, era el mas huesudo del piquete. Ya venia de rodar otras  asignaturas en otra facultad, cuando recién llegados a la universidad (léase Cujae) nos encontramos con uno de aquellos que "cambiaban de carrera" y como tenía experiencia no dudaba en ayudar a los demás. Lo mismo le arreglaba las sandalias rotas a una compañera de curso, que te explicaba gustosamente de que se trataba el tema de la clase que nadie pudo entender. Prometía como arquitecto, era de esos que se cuelan siempre por el hueco de la aguja. Presente en cualquier acontecimiento, los festivales de aficionados mejoraron con Jorge, sus ideas, y su sentido del humor, contagiaba a todos.  Después de aprobar con excelentes calificaciones el tercer año, nos abandono, y se fue para periodismo.  Vuelve a cambiar de carrera, algo que seguramente el se tomaba con el mismo sentido del humor que le caracteriza, pero indiscutiblemente se acercaba a lo que ya entonces era una de sus pasiones, la literatura, escribir, ya tenia cuentos, guiones, y un mundo de palabras, que no se resistían a permanecer encerradas entre las paredes de los edificios ni entre las líneas y las cotas de los planos.

Recuerdo especialmente, las discusiones entre los que odiaban a Silvio (que entonces eran mayoría) y los pocos que lo defendíamos. Jorge era siempre uno de nosotros, coleccionábamos los discos, las letras de las canciones, las entrevistas, las inéditas. La mayor fortuna la poseía Jorge, que era la colección completa de los discos de Experimentación Sonora del Icaic.

El camino dentro de la facultad de periodismo, no fue fácil, durante algún tiempo estuvo publicando en la revista Bohemia, y la esperábamos cada semana para ver que era lo nuevo que tiraba el amigo.  Se graduó finalmente, paso de la noche a la mañana a otro cambio, del curso diurno al nocturno, por su insistente decisión de convertirse en cocuyo. En medio de la oscuridad nos ilumino a muchos, y nos mostro que se puede ser valiente y tener los pantalones bien puestos, para decir lo que se piensa, en el lugar preciso.  Lo que evidentemente le trajo consecuencias.  Su participación en el grupo Nos y Otros, sus escritos, y ser querido por tantos, es lo que le mantiene como un Quijote que no se da por vencido, pero en este caso, un Quijote tropical, que sabe que son molinos los que se interponen en su camino, y que de alguna manera termina siempre derrotado pero vencedor.

Yo no se si es porque el es de otra Era, o porque aun hoy es lo que siempre fue. Sus libros me acompañan, su estilo peculiar y original me inspira. Tener su nombre entre los poquitísimos "Amigos" que uno conserva, es mi mayor riqueza. Y puse amigos con mayúscula con toda intención.

No era mi objetivo hacer un escrito lleno de elogios, no encuentro nada que reprocharle a no ser que nunca nos revelo el secreto de saber abrir todas las puertas, lo que presiento es una correlación de fuerzas ocultas, guiadas por astros y cierta magia, que lo hacen ver la vida desde y por una carcajada, como quien sabe que tiene la llave en el bolsillo.

Si el que espera desespera
y el que se apura madura
la escritura será, risa segura
si firma Jorge Fernández Era.
Onelio Perez 

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