Fuente: Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXXI, No. 3/2010
Si un trabajo práctico ha acaparado desde su origen la
atención de los estudiantes de primer año de la Facultad de
Arquitectura de La Habana, ha sido sin dudas "Un espacio
para…", actualmente un ejercicio curricular de la asignatura
Introducción a la Arquitectura y el Urbanismo III, con ejemplos
pioneros en el curso 2004-2005.
Se trata de un ejercicio que parte de una actividad sencilla
a la que debe asociarse un concepto que sirve como punto
de partida para crear un ambiente físico real, y que varía
desde temas comunes como la espera, la lectura o la cobija,
hasta la observación de exterior, el disfrute de la música o
llevar en el bolsillo. El proceso, llevado a cabo por equipos
de entre dos y tres estudiantes, implica no solo el diseño
sino también la ejecución del espacio a escala natural, con
dimensiones mínimas contenidas en un volumen de ocho
metros cúbicos, donde la actividad elegida pueda desarrollarse
a plenitud.
El ejercicio es disfrutado desde el comienzo por su carácter
experimental; la confrontación de los modos de pensar y hacer
de un colectivo; el proceso de definición conceptual y expresiva
de cada componente; el estudio de posibles usuarios, del
cuerpo humano y sus dimensiones, y de la actuación en el
espacio según el tipo de actividad a realizar; así como el logro
de una atmósfera sensorial y física que se corresponda con
los propósitos del diseño a partir del uso de luz y sombra,
color, materiales, texturas, sonidos, olores, temperatura y
objetos contenidos en el espacio.
Si bien en sus inicios fue visto por algunos con escepticismo, e incluso rechazo, debido a los recursos y esfuerzo
que a primera vista requiere su implementación, estas críticas
apresuradas encontraron manifestaciones urgentes de
imaginación y creatividad en los resultados. Materiales
desechables, como fragmentos de metal, cartón y fibras
textiles, aparecen mezclados con elementos naturales,
seleccionados y recolectados por los jóvenes autores, ansiosos
de exponer públicamente sus diseños.
Ya se está haciendo tradición que por esta temporada del
curso, surjan repentinamente en los bajos de la Facultad y
sus inmediaciones un cúmulo de grandes piezas, cuyo
diseño, color y poder de atracción hacen que todos los que
circulan por la zona lleguen al sitio para conocer qué sucede
y ver de cerca aquellas instalaciones. Vivir la experiencia se
convierte en un desafío para todos los que se sienten
comprometidos con el proceso. Algunos autores se incorporan
prontamente para demostrar al curioso observador cómo
puede aprovecharse su sitio, le invitan a comprobar el placer
de disfrutar los sonidos generados por el viento luego de
sortear piezas inteligentemente dispuestas, o les complace
ofrecer el confort de su habitáculo para cobijarse.
Modelos tridimensionales de estudio permiten comprobar
la eficacia de la propuesta, allí se estudian las variantes
posibles y se realizan los ajustes necesarios. Cada detalle
bien concebido le imprime mayor valor al sistema.
Cuando se enfrenta el ejercicio, los estudiantes ya poseen
conocimientos de la relación entre medio ambiente y
arquitectura, la influencia de la iluminación, la acústica, la
ventilación y el asoleamiento. De igual modo, han estudiado la
correspondencia entre forma y función, a partir de la realización
de análisis funcionales, y saben de los elementos básicos
que rigen las técnicas constructivas y los materiales asociados
a ellas. El estudio y selección del emplazamiento adecuado,
según las condicionantes físicas existentes y lo que requiere
la propuesta, pudiera decirse que constituye un acercamiento
válido y palpable a una escala urbana. O sea, que lo aprendido
en las asignaturas de diseño precedentes complementan lo
impartido en esta, hecho que permite al estudiante tener una
visión lo más completa posible de los elementos que inciden
en la concepción de la arquitectura y el urbanismo.
En este curso se han introducido modificaciones al ejercicio
para aprovechar al máximo las posibilidades expresivas
asociadas a los materiales, las técnicas constructivas y las
cualidades estructurales: era preciso concebir una estructura
que pudiera armarse en el lugar en un tiempo no mayor de una
hora, exigencia a cumplir también para el desmontaje. Como
parte de los análisis preliminares, los equipos de trabajo
debieron trazar entonces estrategias de tipo constructivo que
permitieran la materialización de los conceptos ya definidos.
Factores esenciales como la adecuada selección de los
materiales; el diseño de cada detalle constructivo; el logro de
ligereza, estabilidad y rigidez estructural; el estudio de la
secuencia de montaje; la transportación y la economía de
medios incidieron en el logro de un resultado que, además
de cumplimentar requisitos impuestos por la técnica,
implicaban su utilización acertada, imaginativa y refinada para
crear una pequeña pieza escultórica que pudiera ser usada
por el hombre.
La aplicación consecuente de los conocimientos aprendidos
en asignaturas precedentes permitió a Camilo R. Darias,
Alejandro P. García y Ernesto Antón concebir una solución
basada en conceptos expresivos vinculados a tendencias de
la arquitectura moderna. En su espacio para la espera, una
estructura modular tridimensional sirve de base, mientras se
articulan planos que acentúan recorridos y definen sitios de
estancia, con respeto a la escala humana y a otros conceptos
asociados a la función principal.
Centro de atención fue también el espacio para la
meditación diseñado por Adela M. Triana, Tania Quinzans y
Yanet Vázquez, donde la geometría de las formas es hábilmente recreada con equivalentes naturales: las líneas
rectas se sustituyen por troncos de bambú, las superficies de
variable curvatura se logran con un entramado de estrechas
hojas. Su emplazamiento en un ambiente natural complementa
la continuidad obra-contexto.
En otro espacio para igual función, una doble trama cuyo
discurso modular posee un marcado ritmo no uniforme, que
se manifiesta en los elementos del cierre perimetral y en las
secciones y longitudes de los vectores de la trama. La flexible
comunicación interior-exterior en este ejemplo, creado por Yoan
Martínez, Yean Serrano y Gustavo Solar, es diálogo y equilibrio.
Variados ejemplos muestran la precisión en el estudio y
diseño de uniones, en algunos casos se reinterpretan técnicas
aplicadas a otros materiales o escalas, como la solución, en
cartón corrugado, de oquedades y pasadores aplicada por José
Carlos Pastrana, Daniel Simón y Alexander Pulido en su espacio
para la lectura.
El diseño de los puntos de enlace constituye un punto a
favor de la integralidad de la solución final aportada por Harry
García, Claudia Oliver y Alejandro Felipe en su espacio para
la exhibición de una obra, emplean bombillos fluorescentes
inservibles con una disposición en serie que sugiere planos,
mientras que las conexiones se logran con nudos de cartón,
de sección circular, de ingenioso diseño.
Los resultados son positivos, lo han sido desde el origen
mismo del ejercicio práctico. El proceso docente educativo,
como eje de formación de futuros profesionales, se enriquece
con este experimento. Superando el ejercicio docente
tradicional, cuyo alcance concreto no excede el límite del taller,
se estimula el conocimiento, se personaliza la búsqueda de
métodos alternativos en la ejecución, a la vez que se motiva el
desarrollo de habilidades y el aprendizaje en el uso de
herramientas como parte indiscutible y necesaria de todo
proceso constructivo.
Un espacio para… es un tiempo para la creación.
Junio 9 del 2010.
ALEXIS. J. ROUCO MÉNDEZ. Arquitecto. Profesor Auxiliar Adjunto de la Facultad de Arquitectura del Instituto Superior
Politécnico José Antonio Echeverría, Cujae, Ciudad de La Habana, Cuba. Se desempeña como arquitecto de la comunidad en el
municipio Marianao.
Correo electrónico: ajrouco@arquitectura.cujae.edu.cu
MABEL MATAMOROS TUMA. Arquitecta. Doctora en Ciencias Técnicas. Profesora Titular de Diseño de la Facultad de Arquitectura
de La Habana y la Oficina de Proyectos de la propia Universidad. En la actualidad dirige la Línea de Investigación de Diseño y se
desempeña como directora de la Revista Arquitectura y Urbanismo.
Correo electrónico: mabel@arquitectura.cujae.edu.cu
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