"Si besas a la luna
que acaricia tu hombro
puede que un cuchillo de sal
nazca de madrugada
en tus pupilas."
-Otto Rene Castillo-
Luces de antaño
fueron inmortalizando tu silueta.
Salvé cada tramo de tu piel
de la contaminación y la guerra ecológica.
Exageré quizás, cuando dibujé cada gesto tuyo en un poema.
Intenté limpiar el cielo con tu nombre
borrar el mundo con tu rostro
dislocar estaciones
romper esta esperanza radioactiva que nos vence
sin ceder a los rituales de la muerte.
Ahora quiero coser mis heridas con tus sueños
te respiro en el azul de mis contornos
y mi odio se duerme en la llovizna que no cae...
Salgo a buscar la lluvia para recordarte
viajo hasta tu imagen que quema
y esparce mis palabras por el aire.
Llegaste a deslumbrar primaveras
mares y otras cosas que siempre fueron luz.
Susurraste un bolero
para desliar tu sombra en mi pared
y en el undécimo mes le sumaste abriles a mi alma
que palidecía en números ordinarios.
Me dejaste carente de tu notoriedad,
intente en poemas contarte mi silencio
(tal vez apenas logré murmurarte mi tristeza)
Anduve errante como una cruz sin Cristo
tras el rastro de tus huellas
mientras tu te mecías entre las sombras de mi ausencia...
Hoy no sé si existo, ni se donde estoy.
Estuve atrapando hiatos y cacofonías
y engendré algún que otro verso melancólico.
La rutina quiso hundir sus fríos dedos en mi corazón
y en espiral adiviné la hipotenusa de tu nombre.
Me libre de mí mismo
del mal que propone Hara-Kiris
y enarbola las banderas del tedio.
¿Cómo estar ajenos a las perturbaciones,
al viento que trae las resacas
y a la vez trae tu nombre, tu perfume. ?
Devuelves un vago recuerdo de horas nulas
y primaveras robadas a contraluz.
Vives en todo lo que me rodea
eres un poema que se me ha escapado
y hoy deambula por la ciudad.
enero'93
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