Cuando hablan las estaciones
y se posan desnudas
en nuestra mira difusa,
cuando usurpan al silencio
el eco acumulado de la angustia,
solo entonces
me da por juntar poetas
de lejanas geografías,
sumar recuerdos antagónicos
y exprimir el jugo de los acordeones.
Cuando ácida la soledad
te repugna
y con los ojos hinchados de penumbras
saltas de burbuja en burbuja,
cuando violan las ausencias
y la cruz se te convierte en letanía,
es el momento exacto
de desempolvar viejas estrellas
musicar el instante
y beber de las piedras sus quejidos.
Solo entonces
el eco acumulado de la angustia
se hace poesía.
Agosto’09
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