Epitafios
Son textos humorísticos breves, casi siempre cuartetas, que fueron
dedicados a algunos trovadores “para ponerlos en su tumba o en su nota
fúnebre”, casi todos debidos a la autoría de Lázaro García, Germán Piniella y Alberto
Faya, en Playa Larga, Matanzas, en 197?, en una madrugada de insomnio, después
de terminadas todas las actividades, mientras las víctimas dormían agotadas de
tanto cantar y fantasear, y los hicieron a la manera en que Wichy Nogueras,
Guillermo Rodríguez Rivera y otros amigos de las bromas se dice que hasta el
mismísimo Nicolás Guillén habían “apostrofado” por esos años a una serie de
escritores y poetas.
A Noel Nicola:
De acuerdo con su dulce y buen carácter,
sus ojos grandes y su diente impúdico,
la tierra, con su piel, no fue bastante:
¡lo enterramos en ácido sulfúrico!
A Pedro Luis Ferrer:
Murió Pedro Luis Ferrer,
murió gordo como un cerdo
murió sin ningún motivo,
murió sin estar de acuerdo...
A Augusto Blanca:
Nimia tumba vacía aquí encontramos:
la de Augusto, llamado “El Enanito”
De su recuerdo quedan secos ramos:
permutó a todo un panteón en el Distrito.
A Alejandro García “Virulo”:
Víctima de la furia de un taxista
fue enviado de viaje al infinito.
¡Qué original fue siempre nuestro artista!
(copió con impiedá’ a Ñico “Saquito”).
A Miriam Ramos:
Como un gas, etérea, subió al cielo,
La paloma en su vuelo dijo: “¡vamos!”...
pero olvidó llevar su guitarrero
pa’ cantarle a los dioses, Miriam Ramos.
A Francisco Amat:
Como frío palo bajó al hueco,
todo el mundo allá en Güira fue llorando
Lo lloraron cronistas y treseros,
y lo llora su alter ego, Ferdinando.
A Jorge Gómez:
Con Jorge Gómez sí no hubo manera
que cupiera en la tumba en cuerpo entero.
¡Que rollo se buscó el sepulturero!
... siempre se le quedó la lengua afuera.
A Ángel Quintero:
Ángel Quintero no murió de viejo
ni de pus, ni de alergia, ni catarro,
tampoco lo ha arrollado ningún carro...
¡Qué complejo es morirse de complejos!
A Germán Piniella:
Germancito s-s-e fue ...zch... al ci...zch...eee...lo
haaa...blando de nueva trova.
Vieja bruja con su escoba
que se ahogó...zch...zch. ..chupando hielo.
A Enrique (Enriquito) Núñez:
Cual fulgido diamante
Enriquito reposa.
No levantéis la loza:
¡puede ser que cante!
A Sara González:
En este cementerio hay par de lomas
que sepultan la voz del mejor canto
Mas, no se acerquen tanto...
¡son las tetas de Sara que se asoman!
A Vicente Feliú:
La muerte lo buscó con aire incierto:
un frío en la mollera fue el motivo
Como las gafas se las quitaron vivo
todavía no ha visto que está muerto...
A Tony Pinelli:
¡Última noticia de la tarde!
Murió Tony Pinellí:
¡un sincope de alarde!
A Alberto Faya:
Hoy ha vuelto a cantar de nuevo Alberto,
hoy sí que su alma se pasó de raya:
(debe haber olvidado que está muerto,
pues bien sabido es que su memoria “Faya”.)
A Pablo Milanés:
Como enterraban a los faraones
ha enterrado hoy el gremio a Pablo, atento
a que en su tumba, según su testamento,
además de sus discos y canciones,
debían colocarse, sin lamentos,
varias fuentes de potaje y chicharrones...
A Silvio Rodríguez:
Ha muerto Silvio. De los más prolijos
en hazañas, en cantos y en amores.
Lo lloran multitudes, trovadores,
algunos nietos y numerosos hijos...