jueves, 8 de octubre de 2020

PRECIPICIO

 

Caí en el precipicio

fue inevitable,

juro que no quería

trate de aferrarme

a cuanta cosa

podía detener mi caída

y todo fue en vano.

 

Para colmo

estabas tú allí

con tus ojos mirándome

estire mi mano hacia ti

pero entonces

ya eras estatua

Venus de mármol

inmóvil, quieta, serena

a la que le faltan

hace siglos sus brazos.

jueves, 10 de septiembre de 2020

HOY TODO ES POESIA

 

a Eliseo Alberto (Lichy) Diego

 

Desde el amanecer

cuando la claridad engendro sus primeras luces

no hicieron falta palabras

ni música que la envuelva

ni el dramatismo teatral que la empuje

o la épica espiritual que la aliente

hoy todo es poesía.

 

Los periódicos riman

el telediario es todo lírica

los semáforos tienen su métrica

ritmo la cucharilla en el café

la mariposa besando su soneto.

 

Hoy todo es poesía,

me sorprende de pronto

un verso en el espejo,

voy al libro abierto

y las páginas están en blanco

decidieron escapar durante la noche.

 

Entonces me di a la tarea

de regresarla a su prisión de tinta,

cualquiera de estas noches

dejo abierto el libro en la ventana.

martes, 25 de agosto de 2020

LA PUPILA DEL GATO

 

Los cristales son eternidad

en la pupila del gato.

 

Una flecha su mirada felina

penetra los objetos, los traspasa,

arena de oro puro

en el fondo de sus redondos ojos.

 

Silenciosos y ágiles

murmuran sus espadas escondidas

maullo que raja el filo de la noche.

 

Quietud sepulcral que respira

y espera sigiloso el instante perfecto

para lanzar su estocada feroz.

 

No hay música que describa

el solemne estilo con que se estira

a la luz de la ventana,

o la inquietud sonámbula

de su nocturnidad.

 

Los cristales son eternidad

en la pupila del gato.

 

Una flecha su mirada felina

el también prefiere música

no sabe elegir entre Chopin o Satie.

lunes, 24 de agosto de 2020

DESCUBRIENDO SAN AGUSTIN

La ciudad mas antigua de Los Estados Unidos de América, fue fundada en 1565 por el almirante español Pedro Menéndez de Avilés, el 8 de septiembre, quedando bautizada con el nombre de San Agustín por ser ese el día del santo. Su carácter hispano y religioso condicionó desde los orígenes a San Agustín, que se adelanta por 21 años al primer asentamiento británico en Virginia, y por 42 a los primeros territorios en Nuevo México.

Un grupo de misioneros franceses construyó el fuerte de Caroline en las orillas del río de Saint John (en donde hoy es Jacksonville). Esto molestó al rey de España que de inmediato envió a Pedro Menéndez de Avilés a destruir el fuerte y ordenó se construyera una colonia del gobierno español y fue así como surgió la fundación de la ciudad de San Agustín en 1565.

La colonia española fue ocupada por ingleses, aunque paso a ser nuevamente habitada por españoles, y acabó finalmente siendo territorio estadounidense en 1821. La larga historia de San Agustín incluye ataques de piratas, guerras y lo que fue el ‘boom’ industrial  gracias al ferrocarril, hecho esencial en el posterior desarrollo de Florida. También fue sitio clave para el movimiento de los derechos civiles liderado por Martin Luther King Jr. en los años sesenta.

Cuando llegas a esta ciudad, da la impresión que estas fuera del territorio Norteamericano, y que te encuentras en una vieja y pintoresca ciudad de Europa. Verdaderos monumentos de historia conforman su arquitectura colonial, conservada hasta la actualidad, como el Castillo de San Marcos, la llamada Escuela de Madera más Antigua de Estados Unidos (del siglo XVIII), el faro, la primera catedral católica del país, viejos cementerios, el hotel Ponce de León, el museo del antiguo cuartel militar español, que guarda objetos cotidianos de la época, y la casa de Peña Peck, uno de los mejores ejemplos de mansiones del siglo XIX. Además de otros museos, en  calles como la St. George se puede encontrar todo tipo de restaurantes, cafés, bares, tiendas y galerías de arte. Es una tradición de esta ciudad, el brindar a sus visitantes su aspecto histórico, a lo largo y ancho de sus comercios calles y plazas, desde el vestuario de los camareros y dependientes, hasta todo tipo de artista callejero, crean un ambiente de perfecto bienestar. En la frescura de sus patios, rodeados de verdes jardines, puedes pasar horas contemplando la belleza, la tranquilidad y disfrutando del buen clima del lugar. Además de contar con una playa a solo 5 minutos del centro de la ciudad.

La forma más sencilla para explorar San Agustín es comenzando por la puerta de la ciudad, una de las entradas de la antigua muralla que protegía el casco histórico y de la que todavía quedan restos. Al borde del mar, al final de la avenida Méndez, encontramos uno de los mayores símbolos de San Agustín, el castillo de San Marcos, que se construyó en 1695 para proteger la ciudad de los ataques de piratas y corsarios. Con unas murallas de hasta seis metros de altura hechas de coquina, una piedra caliza formada por conchas y corales sedimentados que absorbía los proyectiles enemigos, este fuerte español es uno de los más completos que se conservan en Estados Unidos.

En 1586 el corsario Sir Frances Drake invadió y quemó la ciudad de San Agustín. Esta amenaza de corsarios e ingleses llevó a la Corona española a ordenar al gobernador don Manuel de Cendoya, ya radicado en San Agustín a que construyera un fuerte para proteger las costas occidentales de la Florida.

El Castillo de San Marcos fue una obra majestuosa, con una semblanza de castillo medieval Europeo, que restringe el acceso con canales de agua alrededor y cuenta con cuatro bastiones, con garitas de centinelas de la artillería de los pesados cañones que disparaban balas de 50 a 100 libras; la plaza de armas, cuartos de guardias, 20 bodegas de almacenamiento de víveres, almacén de pólvora, tres pozos de agua y una iglesia.

El 10 de julio de 1821 el estandarte español fue bajado permanentemente y con el estruendo de cañones fue izada la bandera con 23 estrellas de los Estados Unidos.

En 1825 los norteamericanos cambiaron el nombre del Castillo de San Marcos con el nombre del general Francis Marion. En 1942 el Congreso federal restituyó el nombre del fuerte y el Servicio de Parques Nacionales tomó la custodia de obra monumental.

Desde el castillo de San Marcos se divisa la cruz de la misión del “Nombre de Dios”, de más sesenta metros de altura, ubicada en el lugar exacto donde tocaron tierra los colonizadores españoles y donde se celebró la primera eucaristía que convirtió a San Agustín en la diócesis católica más antigua del país.

La historia de San Agustín posterior a la colonización española puede admirarse a lo largo de la calle King que discurre hacia el norte de la plaza de la Constitución, en una zona donde el millonario Henry Flagler empezó a concebir el sueño de convertir Florida en uno de los principales destinos turísticos del país tras iniciar la construcción del ferrocarril en este estado a finales del siglo XIX.

El hotel Casa Mónica y el castillo de Zoraida, que reproduce a escala una parte del palacio de la Alambra de Granada, completan el atractivo de esta zona, un claro ejemplo de los intentos de San Agustín por adaptarse a la modernidad.

Estas construcciones contrastan con las de la vecina calle Avilés, más estrecha, que tiene reservadas otras sorpresas del pasado como el hospital militar español, la casa del comerciante español Ximénez-Fatio, de finales del siglo XVIII, y uno de los tesoros de San Agustín, la casa más antigua que se mantiene en pie, con más de 300 años de historia, que perteneció al artillero español Tomás González.

La historia, el contraste y la belleza, hacen de esta ciudad un lugar mágico, feliz, alegre, que el tenue gris de las tablas añejas de muchas fachadas lejos de impregnar tristeza, dan una sobriedad como fondo a ese mundo casi irreal, místico, semejante al de los cuentos de hadas y las películas de fantasías. 

2009.

IMAGENES Y POEMAS 4