Hoy una vez más, amanezco descartando imposibles. Buscando
el mismo sueño inalcanzable, me derrumba tu imagen, me hace daños de hace un
siglo. Las ruinas de mi pasado se vuelven a derribar con la tonada inasible,
por todo espacio, por todo tiempo. Escarbando en la vida y en otras cuestiones,
un trovador de barro entra en mi corazón de cielo sin color, ilusiones del azar.
Viento siempre a favor, paloma mía, qué importancia tiene lo
de menos, la cosa está en recurrir a la revancha de todo lo que encierra lo de
más. Ser lo que quisimos, ser al menos
ese sueño que se busca a sí mismo. Faena invisible del sol, aunque cantemos una
romanza a la luna, a los pregones del búho, o a un caballo místico que levanta
vuelo.
Al final esta es la vida, la sal querida, todo lo que podría
decir desde hoy. Es la versión de un
pavorreal que por causa y destino permanece en mi mano.
En busca de un sueño transcurre este disco.
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