Desde el martes del siglo pasado,
cuando los gatos hallaron flores
en tus zapatos más viejos,
los verbos dejaron de exhibir
su propia versión del equilibrio.
Hoy, a trasluz,
tu abdomen yace
más pulcro e indomable que la noche,
mientras yo
me busco en el diccionario
entre tercos infinitivos.
Alexis Rouco (La Habana, nov'1998)
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