Acaso por inercia escribo estas palabras
he leído más de mil veces
cada epigrama de Cardenal
y me cuesta creer que no es tu nombre
el que gritan en el vientre del mundo.
y por una hendija huyan asustados
los poetas y los locos.
Yo quise despertar del infortunio
nombrar las cosas
y es que es tan fácil añorar
que solo nos queda la nostalgia
pensar en nada
dibujar nombres en las nubes
y dedicarle a alguien mis palabras.
Acaso bajo el sol
perduren boquiabiertos los espejos
los epitafios premeditados
las sensaciones de futuro.
Ciego de mí te escribo
vuelvo una vez más a cada estrella
y te edifico en primera persona.
Recuérdalo,
el mejor poema
se llevo mis uñas en su piel
y aún lo escribo.
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