martes, 20 de enero de 2009

KELVIS, LO MAS GRANDE DE LA VIDA


Conocí a Kelvis Ochoa, cuando estaba ensayando en un garaje aquello de “Para dar a luz” con sus cuatro gatos. Mas tarde seria uno de los temas que formaron parte del disco “Habana oculta” donde además incluyo el tema “Gulliver”.
Alguna vez le vimos entre los amigos de Gema y Pavel en algún concierto Habanero antes de sus partidas hacia la madre patria. Allí fue el quien nos recibió una fría mañana de un enero Madrileño, que entre el Retiro, un buen cocido, y un concierto de Luís Pastor nos daban la bienvenida.

Por él algún tiempo antes había conocido las canciones del primer disco en solitario de Pedro Guerra, y también la obra de los demás componentes de Habana Abierta.

Después sus canciones “Tardes de café” “Cuando Sali de la Habana” y otras del repertorio del grupo, pasaron a ser parte de la banda sonora de nuestras vidas. Aunque el climax al parecer lo alcanzaron con el disco “24 horas” a mi me gustaron mucho los temas de “Boomerang”, ultimo disco del colectivo y ultimo con Kelvis como miembro, ya su primer disco en solitario asomaba como el mejor regalo en mucho tiempo.

Conocerle, ha sido uno de los privilegios que nos brinda la vida, y ser su familia, otro poco de aliño, para poder afirmar que es una gran persona, de una gran sensibilidad, de un sobrenatural talento y de una cubania desbordante. Los que nos deleitamos con sus canciones, con su amistad, su contágiante alegría y también su arte culinario, sabemos que este ser rojizo, se ha colado sin pedir permiso en nuestras almas y ocupa allí un lugar privilegiado.

Pero la vida siempre es mas (tal como dice la canción) y a la espera estamos de la salida de sus mas recientes creaciones. Este “curandero” de insomnios y esperanzas, junto a su amigo y coterráneo Descemer Bueno, formaron un buen rollo de amor y música, donde quedo plasmada en una fusión mística, tal vez el mejor logrado trabajo en conjunto de músicos Cubanos en mucho tiempo. Por su frescura, por la belleza que encierran en sus textos, que transmiten en un lenguaje y una sonoridad digamos actualizada, pero siempre bien atada a las raíces y sus influencias. Temas como “Quedate” o “Me diste en el corazón” serán clásicos indiscutibles de este tiempo. Mientras “Ojos negros” o “Piedras en la voz” son de esas canciones imprescindibles, que cargamos en la mochila de nuestros corazones y no queremos desprendernos nunca de ella.

Ojala, tu vuelo no tenga fin, quiero decir, que la musa que te alumbra y te marca el camino te acompañe siempre, para que podamos seguir disfrutando contigo, y que las nuevas metas, cada vez mas altas o difíciles, las derrote tu ternura, tu sencillez y tu alegría.

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