Camino
del muelle viejo
se
atascan los relojes
se
detiene (como en las fotografías)
el
tiempo bajo esas nubes
“panza
de burro” del verano
con ese
olor a mar que excita.
Las
barcas, pequeñas, heridas
dormitan
sobre las rocas
redondas
de tanto golpear el mar
contra
la furia petrificada del volcán.
Las
casas que en otro tiempo fueron majestuosas
conservan
ese donaire
que las
eleva sobre las calles sin aceras
como
una gaviota suspendida en el viento.
¿Qué
luz viaja recta hasta su piel?
duele
esta claridad estática
rama de
un árbol que vivé bajo el mar
ala,
solo el ala que un tímido pez enseña
y salta
para ver sobre el plateado mar
ese
horizonte que no sabe de ríos
animales
salvajes ni bestias oscuras.
Camino
del muelle viejo se oxida el pasado
preso
de los aleros altos, de los balcones de madera
adornados
con flores y ancianas que miran
un rayo
de sol traspasa a lo lejos ese mar de nubes,
y los
niños juegan en la orilla a ser marineros.
Camino
del muelle viejo
nadie
me cuenta nada
supongo
estos versos, supongo
solamente
supongo.
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