“Adentro, comidos de espías _espía la amante, espía la esposa, o frívola o venal, que es como hacer de espía, espía el cliente y el amigo, espía el cubierto, espía la almohada _es natural que teman, que zozobren, que no vean la vía clara, que no se echen a andar. Por eso nosotros, hermanos, en la libertad del destierro les hacemos la obra que ellos no pueden hacer. Ellos no nos ven, ni pueden medir cuánta es la obra, porque es parte de ella que no la vean, hasta que con el corazón vacilante en la prisión de la colonia no la puedan ya evitar; pero allí estamos, limpiando el camino, salvándolos, ensanchando las vías, acercándonos a la flor de la tierra, preparando el modo de evitar los antiguos errores, que fueron ciertos, como de hombres, en todas partes y edades del mundo, pero que tienen remedio en la misma condición humana, y en la cordialidad y altura normales de nuestra naturaleza”.
José Martí.
domingo, 4 de enero de 2015
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