sábado, 5 de febrero de 2011

EN PRADO Y NEPTUNO

La Habana es una mujer sin rostro. Nunca la vi por primera vez porque siempre estuvo asomada a la ventana. Su belleza emana de la naturaleza de su andar desnuda, con los pies en el agua trasparente y tibia del Caribe, por sus ojos de mil colores pasan pequeñas luciérnagas inquietas que en un breve vuelo de pasión y picaresca aletean en sus pestañas.

Corazón de roble, así sin maquillaje va levantando estrellas caídas a su paso. De niña por sus trenzas bajaba un eléctrico temblor de inquietud y nobleza, como quien espera un príncipe azul en el mas recóndito de todos los paisajes. Pero como dicho príncipe nunca llegó, no tuvo mas remedio que mirarse a si misma, convertirse en esperanza y amarse única y sola.

 

Si las cosas que uno quiere, se pudieran alcanzar... 

 

Tuvo un enamorado, con una flor en la frente. Nació en la calle Paula, que ahora llaman de otro modo, aunque sea un homenaje a esa madre gentil que derramo uno a uno sus pétalos de angustia, Paula será siempre la calle Paula. Anduvo por sus retícula uniforme de estrechas calles, eligiendo la acera que estaba en sombra y bajando a la calle para dar paso a las señoras, con un noble gesto de humildad, quitándose el sombrero, admirando la femenina dulzura y la sonrisa ingenua que le salva de un carruaje veloz que pule los adoquines con los cascos y las ruedas. De cara al sol le arrebataron la vida muy temprano, siempre es demasiado temprano si la muerte no viene por sus propios pies. A temprana edad le sorprendió una bala. Otros Habaneros ilustres han dado su vida y su talento por el país, pero ningún otro tuvo una luz infinita en las pupilas, un ardor de justicia en las entrañas y una flor en la frente.

  

Tu me quisieras lo mismo que veinte años atrás...  

 

Las olas, incansables, una tras otra, con la constancia del tiempo, fueron descascarando el muro, el muro de los enamorados, de los borrachos, de los que se despiden para siempre, de los que se quedan anclados en su sitio. Fue socavando el gris calizo, renovando el musgo. A veces embravecido, el mar llego a las puertas mismas de los edificios, inundó las plantas bajas y los sótanos, derribo cada barrera que se interpuso en su camino. Ella entonces fue apuntalando historias, algunas permanecen incomprensiblemente intactas, sujetadas por las maderas vencidas, como colgadas del cielo, otras fueron reconstruidas con unas piedras nuevas, pequeñas alegrías y rotundas tristezas que dibujaron estados de animo en su alma de mujer.

 

Con que tristeza miramos, un amor que se nos va...

 

La Habana es una mujer cansada. En sus ojos las arrugas comienzan a asomarse, tímidas como las de una cuarentona, pero en los espejos se refleja aun su belleza de antaño, su juvenil destreza de abrir con paso firme la puerta de toda esperanza. Sus cabellos enrollados como las rejas coloniales, como el recorrido del humo de los tabacos ascendiendo lentamente en el aire, con los vitrales de colores al fondo. Un tumulto de azules habita en su horizonte. Últimamente le han retocado sus mas íntimos rincones. La Habana mas vieja se va haciendo poco a poco nueva, han ido restaurando emblemáticos inmuebles con mejor o con peor suerte. Otros han desaparecido para siempre. Pero en suma, todos en esa renovación han perdido el rumor que durante siglos ha dejado el sonar de los tambores en los solares, el fresco aliento de la ropa recién tendida en los balcones, la ventana remendada y la  reja oxidada, el picaresco encanto de sus gentes. ¿A dónde se los han llevado? ¿Dónde esta el pregonero de tan dulces y tropicales frutas? ¿Qué nueva canción tendrán los maniseros de este siglo?

 

Es un pedazo del alma que se arranca sin piedad.

 

A lo largo de su historia, ha sido violada por unos y anhelada por otros. Objeto de deseo de medio mundo. Colonia española de exterminio, esclavitud y sangre. Ingleses color mamey con ramera maldad penetraron en sus muros. Republica de vulgar prosperidad con el norte siendo apuntado siempre en cada brújula. Una revolución sembró esperanzas que mas tarde dio el fruto de de una sociedad vulgar, maleducada (en el país de la educación) desnutrida (en la tierra donde las semillas germinan solas) y con farmacias vacías (donde dicen que hay una potencia medica)  El hombre nuevo viene habitando nuestra tierra, y también la mujer nueva, la mujer de la igualdad de derechos. Hoy se prostituyen, cada vez mas jóvenes, en las avenidas de esta ciudad, esperando la caza de algún turista que ha viajado a la isla con ese único objetivo. La Habana se sienta sobre el muro del malecón, el aire fresco de la noche desordena sus cabellos. El rastro de la lejana luz del faro del morro le ilumina a ratos y hace aun mas hermoso su contorno. Se detiene un auto frente a ella, conducido por algún turista que después de unas palabras simples le abre la puerta derecha del auto y ella entra y se sienta a su lado. La Habana es una mujer sin rostro, lo lleva debajo de la mascara.

2 comentarios:

Gota de Rocio dijo...

Hola Onelio,
En este mundo que vivimos ahora, ya no resulta tan extraño escribirle con familiaridad a un "desconocido". O más bien, supongo que no te resultará tan raro que una desconocida te escriba.
Yo a ti te conozco, poco, de referencias, y sin embargo, si pudieras ver el fondo de pantalla de mi computadora, verías tu dibujo nostálgico de La Habana. Lo tengo desde hace un par de años, creo; llegó a mi por medio de la Tropa Cósmica, no sé si sabes de ese grupo de locos (por llamarnos de algún modo), el caso es que, hasta donde recuerdo, algún tropero, me parece amigo tuyo, nos lo compartió. Me gustó muchísimo, me "habló" y me lo robé.
Desde hace algo así como tres semanas, desde que tuve los boletos de avión hacia La Habana en la mano y no hubo vuelta atrás, se instaló en mi pantalla, me alegra cada vez que la enciendo, me recuerda que pronto, en una semana, estaré por segunda vez en esa Habana sin rostro de la que tan bellamente hablas en esta entrada, que justo hoy, esas "coincidencias" de la vida trajo a mi, bueno, por medio de la Tropa de nuevo.
Y nada, que me bailaron los dedos y se pusieron a escribir estas líneas, sin ningún propósito, más que saludar al destino, y a ti.
Un abrazo, desde la Cd. de México, otra Ciudad sin rostro, o con millones, que no es lo mismo, pero es igual.
Rocio

Onelio dijo...

Gracias Gota de Rocio

Claro que nos conocemos, estoy en "Cubatropa" y tambien en la "Tropa cosmica" aunque en esta ultima hace mucho tiempo que no participo. Soy el "guajirito", pues soy del mismo pueblo que Silvio.

Es un placer saber que te guste mi reciente publicacion sobre "La Habana" fue escrito hace ya algun tiempo, y no fue hasta ahora que me decidi a publicarlo. El dibujo tambien fue uno de esos prontos y bueno, yo tambien lo tengo en la pantalla de la computadora y del telefono celular.

Espero tenerte a menudo por aca, "La sanfralixis" es mi pequeño rincon, mi refugio, y siempre seran bienvenidos los troperos del mundo.

Buen viaje a Cuba y te prometo ir por "La tropa" para que nos cuentes de tus vivencias por alla. Un abrazo.

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