viernes, 29 de mayo de 2009

MOMENTOS MEMORABLES DE NUESTRO PASO POR LA FACULTAD

(viñetas escritas por Alexis J. Rouco Méndez, excepto las indicadas, según sus recuerdos de antaño)

Serie de la 31 a la 40

31.  Antes de un examen intrasemestral de la asignatura Historia de la Arquitectura y el Urbanismo I, Ariel del Risco Polls recibió la información de que el contenido que saldría en el mismo seria explicar una cultura precolombina y ejemplificarla a través de una de sus ciudades. Pues el hombre se estudió como cultura la Inca y como ciudad "El Cuzco". Cuando entra al examen y extrae su boleta queda perceptiblemente preocupado al comprobar que en la misma se pedía la explicación de la cultura Maya. Presto a responder, Del Risco se dirige a la profesora Lohania Aruca y le espeta todo lo que había estudiado de la cultura incaica. Lohania le interrumpe y le pide la boleta, y al comprobar la mentira le dice que extraiga una nueva boleta y que su calificación va en base a 4 como nota máxima. Del Risco, resignado, toma una nueva boleta y cuando la lee exclama entre aliviado y sorprendido: "¡¡El Cuzco!!". Aún es conocido este muchacho por tal sobrenombre entre los más allegados. (viñeta de Namán Morales)

32. ¿Recuerdan el carrito en que los profesores de Materiales de la Construcción llevaban las muestras a clase? Pues en una ocasión el profesor Fernando Aguado llegó a la conferencia con una sección de canalón encima de dicho carrito, dando la imagen de unos grandes manubrios. Estaba entretenido en su explicación y comenzó a balancearse rítmicamente con sus manos en los extremos del canalón. Esto le hace recordar a Alberto Molinet, una película que recién habían pasado en la televisión y exclama: "¡Flash Gordon!". El aula mira al profe y…. "se cae abajo". (viñeta de Namán Morales)

33. Cuando en primer año el grupo se reunió para escoger a la muchacha más bonita y al varón más feo para la tradicional fiesta de "La Vela", y se llegó a la elección del varón, algunos propusieron a José Vladimir López, pero "El Vlado" se defendía como gato bocarriba diciendo: "Yo soy feo, pero no soy el más feo". Pocos se percataron que mientras tanto Héctor Laguna, se hundía en su asiento para pasar inadvertido de tal trance. (viñeta de Namán Morales)

34. Cuando se hacía maratón en la Beca, escuchábamos un programa radial que se llamaba "Aún despiertos", donde se hacían preguntas a los oyentes. Los de los Cuartos 3I y 3D del Bloque 113 nos repartíamos esas preguntas por números según un orden: la 1, la 2, la 3…, pero sabíamos que siempre las últimas eran las más difíciles. José Manuel Melo se concentraba tanto en su proyecto que cuando le tocaba responder decía cualquier cosa. El programa ofrecía al final las respuestas a las preguntas y, por cada una que fuera negativa, la voz radial decía: "Le cayó carcoma." Entonces nos percatábamos de lo respondido por Melo y todos le caíamos encima para darle pescozones, mientras él a esa hora andaba 'pescando'. ¿Qué tú crees: se despertaba o no? (viñeta de Vladimir López)

35. Durante una clase práctica de proyecto en cuarto año, Aldo Ferrand necesitaba una plantilla para hacer círculos, y comenzó a pedir a viva voz: "Señores, ¿quién me presta una bolera…?" Todos se rieron, pero gracias a los más jodedores, y en clara referencia a la novela de turno en la televisión "Un bolero para Eduardo", se acuñó la frase "Una bolera para Aldo" para quedar para siempre en nuestra memoria. (viñeta de Ana Margarita Peraza)

36. En segundo año, durante una clase práctica de Proyecto II, Eloy andaba todo el tiempo sin sentarse y dando vueltas por toda el aula. El profesor Obdulio Coca le llamó la atención en varias oportunidades pero él no hacía caso. Entonces, José Ángel señaló: "Déjelo, profesor, ¿no se da cuenta de que Eloy es la ampolla, el flotante del aula?".  Eloy lo escuchó y siguió como si nada. ¡Claro, si era la ampolla tenía que estar en el 'floting'! (viñeta de Ana Margarita Peraza)

37. Luego de un examen de Materiales de la Construcción, casi todos salimos con 2. Le hicimos una reclamación al Decano, y una vez presentado el mismísimo Rubén Bancroft en el aula de conferencias ante todos los alumnos, se le plantean como argumentos que las clases de Fernando Aguado no se entendían, que él no explicaba bien, etc., a lo que el Decano respondió: "¿De quién están hablando mal, del Candidato a Doctor en Ciencias Fernando Aguado Crespo? ¿El que además fue mi profesor?" Por supuesto ahí mismo terminó nuestra reclamación y nos quedamos con el 2. (viñeta de Francisco Gutiérrez)

38. En muchas ocasiones, en los largos y agotadores maratones para las entregas, el tiempo escaseaba y el hambre campeaba, por lo que los albergados nos rifábamos quien iba a buscar pizza a la cafetería. Ariel del Risco y Fernando Corona, cansados de que le tocara repetidas veces, decidieron poner unas cuantas ramas, piedras, colillas, etc. dentro del queso, para darle un "mejor sabor"… Como referencia adicional, este hecho fue repetido después en varias ocasiones (por otros). (viñeta de Fernando Corona)

39. En una clase práctica de la asignatura Materiales de la Construcción, impartida por el profesor Fernando Aguado, éste mostraba un ladrillo de elaborada terminación y color blanco, explicando exhaustivamente las cualidades del mismo como material para usar en muros a vista. Roberto Fernandez Méndez, más conocido por su último apellido, grita: "¡Profe, eso es poliespuma¡". El  profesor, con la mayor calma del mundo y haciendo gala de su bien ganada fama de flemático, repite completamente la explicación. Se hace un silencio, y de nuevo: "¡Eso es poliespuma¡". Por increíble que parezca, el profesor ofrece una nueva explicación, pero: "¡Poliespuma!". Aguado, al darse cuenta que lo estban trajinando, le lanzó aquel ladrillo a Méndez, el que fue a dar contra la pared del fondo del aula gracias a que el estudiante se agachó a tiempo. El viejo le dijo entonces con naturalidad: "¿Ve que no es poliespuma?". (viñeta de Namán Morales)

40. El profesor de Cálculo I, Bonet, era un tipo serio y de carácter muy seco, por lo que sus comentarios para los estudiantes de primer año eran siempre impredecibles. En un examen de Geometría Descriptiva, donde debía dibujarse un cuerpo en revolución en una vista tridimensional y rellenarlo, mientras él recorría el aula viendo lo que los estudiantes hacían, se detuvo junto a uno observarlo. El estudiante al darse cuenta, no dejaba de sombrear el cuerpo dibujado, y luego de varios minutos en que ninguno de los dos hizo el menor gesto de cambio, el profesor exclamó: "Rouco, se le va gastar la mina…"


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